6.3.12

PUNTO Y SEGUIDO

Relato premiado y publicado en la Revista Paper Gai,

PLAY ¿Te molesta el humo? Antes no fumaba, pero desde que… bueno, me relaja bastante… El tabaco es uno de los pocos vicios que me permito… por supuesto, pero antes tengo que FWD PLAY tronaba por los bafles y un láser se abría paso entre la selva de cuerpos sudorosos y allí él solo, apalancado en un taburete en la barra de los náufragos. Nunca lo había visto, así que le pregunté a un colega mío, más veterano que yo. Su cara le sonaba, pero de hacía tiempo. Lo cierto es que me llamó la atención, Normalito, pero interesante. No sé muy bien lo que más me atraía. Para que te hagas una idea: treinta y tantos, corpulento, de amplios hombros, fuerte, pelo rapado a la moda, frente ancha, piel curtida, ojos tímidos, barba punzante, negra, como de dos día, pero sobre todo expresión madura (…) No recuerdo muy bien lo que llevaba puesto…¡Ah! ¡Sí! Una camisa de franela de esas de leñador, a cuadros, tejanos ajustados y botas camperas. ¡A ver si llevo alguna foto suya en la cartera! Luego te la busco. Iba de duro, pero en sus ojos había algo tierno. Además resulta curioso: no bebía cerveza ¿A qué no sabes qué? Pues zumo, creo que de limón. Un chico sanote. Me pasé casi media hora espiándole. Fue fácil. Yo estaba estratégicamente detrás de unos pilares, de tal forma que podía mirar sin ser visto, aunque siempre con educación y disimulo, a tomas cortas…hasta que una de tantas veces… me pilló in fraganti… Su cara hizo un gesto extraño. Me devolvió la mirada, se sonrío un poco avergonzado al tiempo que yo… (STOP ) (FWD) (PLAY)… el tío, quiero decir Jaume, era legal, majo, encantador. Enseguida congeniamos y nos hicimos supercolegas. Lo nuestro era muy guay: íbamos a correr al río, nada menos que tres kilómetros todos los días. Quedábamos para tomar un café, como ya te he contado, no probaba el alcohol. Visitábamos alguna exposición y otras veces nos metíamos en un cine de reestreno: la economía no da para más…Una de esas tardes en las que solíamos quedar a correr me invitó a cenar a su casa, y luego vimos una peli. Imagínate la escena. Los dos en el sofá, después de una buena ducha y de una buena cena, cansados, mirando mientras tanto a Tom Hanks morreándose con nuestro Antonio Banderas… Aproveché la secuencia. Uno: me acomodo en el asiento. Dos: empiezo a acortar distancias. Tanteo el territorio. Primer roce. Segundo roce. Sospechas. Acaricio la palma de su mano. Prosigo. Me hundo entre sus peludos brazos. Parece complacido. Asalto final. El objetivo su boca. Nos miramos fijamente. Nuestras cabezas se inclinan. Estoy a escasos milímetros de su boca… Retirada. Nada de nada… (PAUSE)


(PLAY) Ring ring ring “Diga” “Sí soy Jaume, tenemos que hablar” ¿Cuántas veces habré oído la dichosa frase de marras? Hacía ya más de una semana que no lo veía y me temía lo peor… Quedamos una tarde. Insistió en su casa. Bien. Imagínate otra vez la misma escena del sofá de antes. Los dos sentados; el aire tenso. Él al principio parece dominar la situación, aunque a medida que intentaba recordar a retazos el discurso, fue perdiendo los nervios. Que te voy a contar. Lo de siempre. Que estoy muy a gusto contigo, que te quiero mucho, pero… que aquello no puede continuar así, que tengo que
saber…” Por fin, ya se ha decidido” pensé. Con esto inclinó la cabeza. Hundió los ojos en el suelo. Tragó saliva. Se apretó con fuerza las manos y de un soplo dijo: “Soy seropositivo” (PAUSE) Silencio insoportable. Algunos instantes. Y al final estreché su mano. Agradecía así su sinceridad. Pero no satisfecho, contraataqué con una sonrisa irónica: “Yo también tengo que decirte algo” Expectación. Sorpresa. “Ya lo sabía” (FWD) (PLAY) …hasta las tantas tertuliando, tranquilamente de lo más acaramelados. Ahora las cartas estaban encima de la mesa, ahora habíamos reconocido nuestros temores. Él me confesó que quería decírmelo, pero que temía perderme. Con otros ya le había sucedido. Sin embargo, callar era todavía peor aún. Le asaltaban remordimientos, contradicciones. Por mi parte, no importa cómo me enteré. Casualidades de la vida. Lo fuerte es que la primera impresión fue de incertidumbre. Soy de carne y hueso y como diría alguien un ochenta por ciento de agua sucia. Bromas aparte, intenté analizar la situación y relajarme. Leí. Pregunté. Me informé. Sangre. Semen. Embarazo… hasta calmar todas mis dudas, por insignificantes y ridículas que fueran. Quería estar seguro de todo. Me hice mil preguntas: si aquel tío valía la pena, si estaba dispuesto a  seguir adelante y cosas de esas. No hace falta adivinar la respuesta. Mi dilema ahora se centraba si esperar a que diera él el primer paso o tomar yo la iniciativa… Pero supongo que después de tanta paja mental, querrás algo morboso ¡No? Pues entonces volvamos a aquella noche… Sí, la de la confesión. Sexo, lo que se entiende por “sexo” no hubo de nada de nada, pero ¿te crees que fue la primera vez que gocé plenamente de todo mi cuerpo? El sexo no es más que un cinco por ciento de nuestro cuerpo. Lo cierto es que Jaume era lo que se dice un experto… en el “ars amatoria”. Tú no sabes lo que es disfrutar de cada uno de los sentidos, muy, muy despacio “a fuego lento” como diría la canción. Gozar en la admiración de un cuerpo gemelo, simétrico al mío, anatómicamente perfecto… Disfrutar  de cada pro de su piel, sin prisas, paladeando muy despacio el tiempo. Disfrutar, curioseando en cada olor, por diminuto que fuera: su aliento aromado a café, su pecho a liquen húmedo de bosque, o ese perfume perverso de su sexo intuido a través de sus calzoncillos blancos. disfrutar del gusto de la carne, disfrutar de la lujuria de la gula, morder los tiernos lóbulos de las orejas, los carnosos labios, el cuello, invitación caníbal o sus pezones rosáceos, tímidamente escondidos entre rizos negros de su pecho lobo como si fueran… ( STOP)

 CARA B

(PLAY)… Has hecho bien en cambiar la cinta, por si acaso. No quiero que se pierda nada, sobre todo ahora que me estaba emocionando. Bien, ¿qué te estaba contando? Ya, lo de aquella noche y mis cábalas. Lo que podía y no podía hacer. Sólo era una cuestión de tomar ciertas medidas y lo más importante. Vencer esa prueba de fuego. Verlo como la persona que mas, no como un enfermo. Pues, seguimos con nuestros arrumacos, ampliando el catálogo de caricias y de dulces torturas. Usábamos más la cabeza que el sexo, todo hay que decirlo. Como lo del pastel de nata, los masajes en la bañera con aceite de coco, y bien “cariñitos” que aquí no vienen a cuento. De alguna manera ideamos nuestro kama sutra particular. No hubo lo que se dice penetración, aunque la gente se piense que los gays nos pasemos la vida metiéndola por cualquier agujero. Pues
no, Además, si te tengo que ser sincero, no estaba preparado. Una parte de mí sentía cierto miedo, pero la otra lo deseaba… (FWD) …introduje los dedos en el bolsillo y tanteé su interior. Intuí el volumen y dejé ver una punta plateada. Él me miró, intrigado, mientras mi invitación lucía en la palma de la mano. Él lo cogió y aceptó mi reto. Con cuidado abrió la bolsita, como si fuera uno de esos sobres sorpresa de cuando era niño. Comprimió ligeramente la punta y extrajo el aire restante. Después lo sujetó con la otra mano y yo le ayudé a desenvolverlo sobre su miembro ya erecto. Reparé sorprendido el calibre que cada vez aumentaba con aquel envoltorio transparente de regalo. “No te preocupes, ya verás como con esto” me decía alargando el brazo izquierdo y sacando de un cajón un tubo largo. Primero se untó el índice y el corazón. Fuerte escalofrío. Después noté que otro lo acompañaba ahora en el viaje. Resbalaba en mi interior y abría cada vez más mis entrañas. Exploró adentro hasta vencer la resistencia del esfínter. A continuación los sacó y me complació con caricias. Una mano jugaba con mi pene, lo sacudía  con cuidado como si fuera el cambio de marchas, de izquierda a derecha, delante, detrás. Me separó las piernas y se dispuso a tomarme por la espalda. En un principio los dos permanecimos recostados cómodamente sobre la cama, pero aquellas embestidas me derribaron al momento y me obligaron a ponerme a cuatro patas instintivamente como un animal en celo. Él comenzó a pellizcarme los pezones, a morderme y a chupetear las orejas, a cuchichear pequeñas obscenidades… Cuando de repente sentí que alguna otra cosa avanzaba en mi interior. Por fin me había unido a él.  Me había acoplado a su anatomía. Sentía todo su cuerpo. Fue terriblemente salvaje y al mismo tiempo de lo más tierno…


(PLAY)  … de todas maneras han sido cuatro años maravilloso. Nunca he conocido a un tío tan legal y tan íntegro. No me arrepiento de nada. Los primeros días me costó, pero tomamos precauciones, y si de alguna cosa me contagió fue de las ganas de vivir. Sabía sacar partido de cualquier momento. Sabía apreciar lo más mínimo: una puesta de sol, el olor del césped recién cortado, el rumor de la lluvia. La caricia de un jersey de lana. Lo que más he admirado es su entereza. Incluso en los momentos más duros. Sobre todo al final huyó de patetismos y de tragedias griegas. Nunca perdió la ilusión y supo encararse con la vida con mucho coraje. Lo último que me dijo sabes “Es una lástima que no te haya conocido antes” (PAUSE) Me sabe mal, pero han sido cuatro años. Espero que te aproveche alguna cosa el rollo que te he largado. Me has comentado que era… Bien, lo que te he dicho. Si se publica alguna cosa me telefonas o me envías una copia ¿Vale? Supongo que a él le hubiera gustado… (STOP)


(REWD) …es una lastima que no te haya conocido antes … (REWD) … me contagió de las ganas de vivir… (RWED) …comprimir la punta del preservativo…. (REWD) ..seguimos con nuestros cariñitos… (REWD) … gozar de cada poro de su piel, sin prisas … (REWD) …era un experto en el ars amatoria… (REWD) … sólo sangre, semen… (REWD) … soy seropositivo…. (REWD) … tenemos que hablar…. (REWD) en seguida congeniamos y no s hicimos supercol …. (REWD) …. iba de duro, pero en sus ojo había alguna cosa tierna… (REWD) normalito pero interesante …. (REWD) te molesta el humo? antes no fumaba, pero desde que… (STOP) (EJECT)

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