Poema publicado en la antología Al aire nuevo
compilada por Jesús Jiménez
Ediciones Desierto, México, 2001
El bosque multiplica ecos y sombras,
pero no te imagina como quieres.
Un rostro sin raíces va alejándose
como un caballo negro sin mirada.
El pájaro ha renunciado a su vuelo
para unirse y tomar parte en la sombra.
El viento escribe tu vida en el aire:
lo que sabe es muy poco, pero pesa.
Con sandalias de hierro llega el frío,
la tierra se agrieta y la tarde se agria.
No reconoces tus manos, tampoco
ese tacto que de noche te hizo hombre.
Ha caído el jazmín también la rosa,
aun desnudo sonríes al invierno.
Los hojas mustias en tu boca sueñan
porque no se atreven a suicidarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario