30.10.12

EL PIANO

Poema publicado en la revista La pájara pinta
Madrid octubre 1999


   Caminas con paso algo distraído,
arrastrando tus velos como redes.
Las olas tientan tus dedos desnudos
con infinidad de conchas y pechinas.
Pero no te preocupa: estás a salvo.
La espuma siempre ha sido tu pareja.
Miras el mar, tus ojos azulean.
No hay más luz que el océano, pero éste
es incapaz de alcanzar el espejo.
Se conforma con ser mero naufragio;
pasa su vida atando y desatando
deseos arrugados por el viento.
Las gaviotas, cegadas de ceniza,
beben el agua seca de tus manos.
No sabes cómo decirlo. La noche
habita desde hace tiempo en tu boca
como una gota amarga de salitre.
Escribes en la arena un poema,
pero lo tuyo no son las palabras.
La tierra es un ruido; el cielo calla
en azules lejanos de tormenta.
En el aire duerme una melodía
embebida en vasos de lluvia y niebla.
Un piano, abandonado en la orilla,
llora triste, como un mástil del tiempo,
sin más amor que una caricia tuya.



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