Poema extraído del libro El mar
de Homero, premiado por la Universidad Politécnica y publicado en forma de
plaquet, Valencia 2000
Tú, innominadamente extranjero,
convéncete de
esta caducidad,
desbaratemos
las manos cordadas,
seamos felices
sin mala conciencia:
con la boca,
con la lengua, con dientes,
con saliva,
con sudor amoroso,
con esta piel
rubirroja y combusta;
aquí mismo, en
este paraíso último
de azul y oro
eléctrico de playa.
La tarde es
idónea para el desnudo
o quizás para
una ternura nueva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario