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15.8.22

Atlas de la memoria


 

ELOGIO DE LA NOSTALGIA

 

Prólogo del libro de collages, "Atlas de la memoria" publicado en la colección Pliegos de la Visión nº 27 Ediciones Babilonia,  Valencia 2022.                                        

“Cominciai a capire che il mondo, come lo avevo conosciuto,

si sarebbe disintegrato, o meglio, e questo era anche peggio,

rompersi in piccoli pezzi che non potrebbero più attaccarsi”

Duca di Verdura

Imaginemos por un momento, querido lector, pongamos por caso, que pudiéramos sortear la paradoja intrínseca de esta muestra y plasmar sobre un papel milimetrado la cartografía del recuerdo: ¿Quién sería el geógrafo o el topógrafo? ¿Qué escala de dolor utilizaría? ¿En qué hemisferio ubicaría las tierras del olvido? ¿En qué océano, la isla de las soledades? ¿En qué jaula de meridianos y paralelos, el volcán del deseo?... Dejemos aparte estas elucubraciones filoliterarias y rastreemos sus antecedentes.

Por una parte, estos collages se inspiran en los “álbumes de recortes” un refinado pasatiempo muy en boga entre las clases nobles y pudientes en la Inglaterra de la segunda mitad del XIX .Por ejemplo, el “Libro victoriano de la sangre” (1854) de J. B Garland, un inquietante puzzle de láminas de ángeles, flores y cruces con citas bíblicas y poéticas. Pero, por otra, guardan numerosas similitudes con el “cuaderno de viaje” donde los aventureros del Grand Tour incluían breves impresiones de los lugares visitados, dibujos, entradas a museos, billetes de transporte, postales, fotos y otros “souvenirs

De forma análoga estas obras son el resultado de una cuidada selección y  combinación entre miles de pedazos y piezas (etiquetas, documentos oficiales) después de múltiples ensayos según preferencias personales, aleatorias o académicas (equilibrio, volúmenes, colores) De este modo, los fragmentos han renunciado a su particularidad en beneficio de la unidad y coherencia. En esta misma línea conviene reseñar un rasgo recurrente: la perfecta armonía entre “naturalia” y “artificialia”, mariposas, conchas, hojas, sobre páginas de diario tal cual sucedía en  los “wunderkammer”  o gabinetes de curiosidades y maravillas.

No se trata de otra entrega de poemas visuales (aunque a primera instancia lo parezca) sino de collages “puros” en su intrínseca etimología. Es decir, son estéticamente autosuficientes y no necesitan referencias ni metadiscursos para actualizar su significado. Retazos de papel marchito y ajado, pero aún capaces de rotular y relatar pequeñas historias: desde caligrafías de niño, cartas de amor secreto, estampillas de santos olvidados, hasta sellos con reyes destronados o mapas con imperios abolidos. Testigos silenciados por el tiempo que vuelven a restaurar su sentido en cada ensamblaje, y que en conjunto constituyen un vintage journal, similar a los trabajos de scrapbooking de Gongam o Barayan.

Todo artista (y todavía más cualquier poeta) es un prevaricador pessoniano.  Su oficio consiste en (re)crear sensaciones, estímulos, muchas veces tintados por ese veneno lento que es la nostalgia. Esa tristeza ensimismada que imprime hacia adentro el vacío de aquello que alguna vez perdimos o fantaseamos. Esa peligrosa droga que amortigua la angustia de cada día. Ese consuelo agridulce de los que no atisban ningún futuro, de los incomprendidos, de los fracasados

Confieso con cierto orgullo aristocrático que en ocasiones me siento así: extraño, y al mismo tiempo, extraviado. Me tocó vivir en esta época, aunque fui educado en otro siglo con otros valores y otros gustos hoy del todo anticuados. Poco o nada me importa  que a estas alturas me tilden de decadente o de retrógrado. Siempre he sido un coleccionista compulsivo de antigüedades con las que he ido construyendo mi propio “palacio de invierno” hasta convertir mi casa en lo que hoy es un “búnker de belleza”. Por eso mismo, desde aquí reivindico la nostalgia, porque glorifica el recuerdo como último refugio en este mundo cada vez más zafio, más difícil y más incierto. ¿Elogio o elegía? Definitivamente, ensoñación por las ruinas de un pasado idealizado, aunque solo sea un falso espejismo de nuestra imaginación o de nuestra memoria. 

J. Ricart

     Conte di Belcastro

 

 

 

12.6.18

ABECEDARIO DE LUCES Y SOMBRAS


Poema pertenenciente al libro Biblioteca del Príncipe di Sangro,
publicado en el libro Los seis dedos de una mano,
editado en Corona del Sur, Málaga 2018



ABECEDARIO DE LUCES Y SOMBRAS,
EN HONOR AL DUQUE DE ALBA
Y SU RECIEN ESPOSA DOÑA ESTRELLA,
POR EL LICENCIADO SILVESTRE SOLÍS.
SEVILLA, 1694

Sé la antorcha del mundo. Si tu luz es únicamente la de un planeta, no serás nada a la vista de Dios. Reservo para ti un esplendor para el que la gloria del Sol es una sombra. Guiarás el camino de las estrellas, y los que gobiernen los Imperios deberán ser guiados por ti.
Conde Saint- Germain

El sol abre la puerta a un nuevo día. En el cielo impreso el bostezo de las nubes. Martirio de campanas, crucifixión de golondrinas en el aire. Adioses de banderas en el viento. El horizonte está en los ojos, y no en el paisaje igual que la belleza. La mañana cristaliza en nerviosos arpegios de otras músicas. El cielo dice doce sílabas rojas al quemarse. Los párpados como palabras de piedra. Viento que viene y va, viento que el aire aventa. Los rayos dorados confitan con lentitud todo lo que toca. La mañana te trae en sus manos su pan recién horneado y sin melancolías, su palabra como salvoconducto o contraseña contra la vida. Bajo la tristeza plomiza del cielo el oro espigado de los campos, la memoria vacía como el caparazón de las tortugas. Tendida como un sueño o una nube mi voz descansa bajo un sombrero de paja. Los pájaros tienen alas, pero el hombre palabras. Los megáfonos de las flores anuncian la primavera, atrás queda el rumor del invierno en el bronce de los árboles.

El nuevo día me trae un puñado de almendras amargas para que yo decida. El aire germina de párpados y pájaros. La palabra perdida entonces renace con plumas blancas. Según la poética revolucionaria el hijo bastardo del marqués es hoy afilador de guillotinas. Somos aquello que ignoramos, o quizá lo más grave, ignoramos aquello que fuimos antaño. El alba bautiza de asombro las sábanas blancas; allí donde se posa el sol se abre una herida, una diáspora de mariposas, una estela de sándalo sin alas. Vivir con la escafandra de la poesía o vivir gracias a la ortopedia de la novela y sus otras vidas imposibles. Dormir en el caligrama de los sueños, allí donde el peine enferma de nácar. Aspirar la nostalgia perenne de la flor del gramófono como un exquisito veneno. Esperar a que llegue la noche y el sueño llague los ojos y el viento azote olivos y encinas.

jjjjj

RELACCION VERDADERA


Poema pertenenciente al libro Biblioteca del Príncipe di Sangro,
publicado en el libro Los seis dedos de una mano,
editado en Corona del Sur, Málaga 2018
 

RELACIÓN VERDADERA

SOBRE LA EXTRAÑA LEYENDA

DE LESTAT DE LIONCOURT,

MARQUES DE AUVERNIA.

PARÍS, 1770



Ni el sol ni la muerte pueden mirarse fijamente
Duque de la Rochefoucauld
 
 
 
 
 
 
Encerrado entre estos muros sobrevivís a los siglos. Leéis de noche arropado por las sombras en este cementerio de libros viejos. Inmunizado al del tiempo, sólo el peso de la memoria os afecta. Más allá de estos ángulos, los años pasan ajenos y absurdos, allá fuera sigue el bullicio vulgar de esta época que tanto detestáis. Todo a vuestro alrededor está condenado a extinguirse inexorablemente, a seguir su curso como un río; mientras vos seguiréis impasible, inmutable, como si vuestra belleza se hubiera congelado el día que figura sobre este mármol. Todo perecerá carcomido por la enfermedad del tiempo. menos vos que desafiáis las leyes divinas. Destruís todo aquello que tocáis; matáis aquello que amáis. He aquí vuestra condena. Vuestro hálito es gélido como el de la muerte. Vuestros labios sólo envenenan a vuestras víctimas. El cuello de ese tierno muchacho que ahora besáis, ya es una flor cortada que en vuestras manos se marchita. Cuanto poseísteis yace en el polvo y la ceniza. Los bosques frondosos y rubios de vuestra juventud son ahora un puñado de sombras lejanas. Los castillos y palacios de vuestros antepasados fueron arrebatados o destruidos. Los privilegios, abolidos. Se han sucedido tantas generaciones que el populacho a pesar de vuestros crímenes, ya ni os teme ni os recuerda. A pesar de vuestra cínica sonrisa, os sentís terriblemente solo, como un ángel caído, y presentís que sois el fin de una raza. Estáis solo. Mucho más solo de lo que puede estar un hombre. Ni tan siquiera vuestra sombra o vuestro doble en el espejo os acompaña. Estáis harto de resucitar todas las noches, y de repetir paso a paso la misma liturgia. Harto de vagar sediento de sangre y de belleza. Estáis tan solo y tan cansado, que incluso más de una vez habéis deseado que una estaca atravesara silenciosa y feliz vuestro pecho. Abandonar por fin vuestro estrecho refugio, exiliaros del reino de las tinieblas. Quizá tener ahí fuera un descanso digno.
 
 

 



TRATADO DE CARTOMANCIA


Poema pertenenciente al libro Biblioteca del Príncipe di Sangro,
publicado en el libro Los seis dedos de una mano,
editado en Corona del Sur, Málaga 2018


TRATADO DE CARTOMANCIA
O EL ARTE SECRETO DE LAS CARTAS,
SEGÚN LOS VEINTIDÓS ARCANOS,
POR DESIDERIO DONOSO.
MARSELLA, 1701

El futuro no existe; existirá
Conde Romanones


En una noche de girasoles apagados, la luna será el espejo que revelará al fin tu máscara. Las estrellas anidarán en altos trapecios y compartirán la soledad de tus palabras. Una noche de túneles y tormentas, más negra que las aguas de Aqueronte. En medio del bosque la torre y su arquitectura derrotada, el desorden del tiempo y sus escombros, la anarquía y el vértigo del verso libre como si fueran una limosna. Allí el mago extraerá de su sombrero flores de extraña heráldica y cerrará el horizonte para abrir en dos el cielo. Un ermitaño y su silencio de peces disecados donde la resonancia del vacío reverberará en la memoria y los recuerdos se enredarán como hiedras venenosas. A lo lejos un carro triste y pesado como un elefante avanza por un campo triste como un imperio de amapolas. La fuerza de los legionarios en la sombra, héroes que desfilan a pesar de la niebla, porque brillan como ángeles. El emperador construirá palacios barrocos con los escombros de los sueños. El ardor de sus obeliscos alcanzará la cima de los cielos. Sin embargo, la rueda de la fortuna anudará los hilos de los años; sabiendo que la gloria es el sol de los muertos, o un augurio de águilas muertas. El amante y su beso como una sinalefa de dos bocas. El amor como un río desatado de jacintos y azucenas penetrará en la carne ardiendo en un éxtasis de polen o en un vértice de poliedros. Después de esto, el loco, sicario del silencio, flagelará con látigos la obscenidad de las estatuas y acuchillará fantasmas en la niebla. La justicia es algo más que una alegoría o un simple trueque de palabras. Por eso, el filo del hacha llorará por los árboles caídos; y los ojos de hierro verterán lágrimas de plata. Cada uno deberá tener la templanza de ver la tormenta en un vaso de agua, de sentir la brisa como una bienaventuranza. Debemos ser fuertes y no dejar tentarnos. El diablo siempre canta la belleza de la insumisión y buscará palabras silvestres y salvajes, e inventará nuevas supersticiones. Por ejemplo: el colgado como el esplendor abandonado de una belleza mórbida, como un fuego antiguo de mandrágoras.





THESORO DE CITAS Y SENTENCIAS



Poema pertenenciente al libro Biblioteca del Príncipe di Sangro,
publicado en el libro Los seis dedos de una mano,
editado en Corona del Sur, Málaga 2018




 

THESORO DE CITAS Y SENTENCIAS

CON EXLIBRIS DEL BARON DE LEZCANO,

POR FRAY BARTOLOMÉ TRUJILLO.

MADRID, 1653

 

 

Herido por una anemia elegante

de fin de raza

Marqués de Vinent

 

Cubrí con velos y topacios el alba. Disfracé mi fracaso con toda la quincalla de oro callado. Escribí poemas como pasatiempos alejandrinos para entretener mientras tanto a la muerte. Llené la página de abanicos y de alientos ávidos, sílabas como abracadabras que abren rosas dormidas, invisibles endecasílabos desleídos en agua de lluvia. Desplegué toda la ingeniería barroca contra las hordas bárbaras del silencio. Busqué como un aurúspice entre las vísceras del verbo querellas y querencias. Me convertí en zahorí tras esa lágrima negra que ríe a escondidas. Amé a la musa, y a mí mismo y quedé atrapado como mariposa ciega ante un azogue celoso. Aprendí de los clásicos el arte de la fuga, leyendo huí siempre hacia delante, aunque fuera en renglones torcidos, o en intertextos. Viví en la ficción de las palabras, acorazado en esta torre inútil del lenguaje, en mi propio ensueño de cartón piedra, en este papel desgajado donde rimo apenas recuerdos. Harto de altas promesas azules, me rendí ante el ornato y el artificio del mundo. En mis libros sólo queda la ceniza arrasada de toda una vida dedicada a competir con la órbita de los astros. Aquí descansan por siempre los pródigos naufragios de un sueño, el resto si acaso pertenece a una sombra peregrina. ¿De qué nos sirve la clarividencia si no hay palabras transparentes? Tu voz y mi silencio caerán como fruta podrida. Nada nuevo hay, todo se repite. Ser original es un truco barato de magia. Tu lengua enmudece como un caracol envenenado en su propia saliva. Si acaso plagia ecos gloriosos de un pasado. La rosa ya no es una rosa, sino tan solo un motivo literario, donde la poesía es un espejo enamorado a su vez de otro espejo. Imagen duplicada hasta el infinito sin remedio. No debemos demorarnos en envolver nuestra voz con volutas y hojas de acantos, sino vivir estos últimos soles que nos restan. La ceniza anunciará pronto el epílogo del fuego. Yacen aquí mis versos de Arión definitivamente olvidados en la arena: triunfo de alegres delfines y al mismo tiempo, desolada derrota.

TABERNACULO DE VERSOS PROFANOS


Poema pertenenciente al libro Biblioteca del Príncipe di Sangro,
publicado en el libro Los seis dedos de una mano,
editado en Corona del Sur, Málaga 2018



TABERNÁCULO DE VERSOS PROFANOS
CON LICENCIA ECLESIASTICA,
DE SOR MARIANA ALCOFORADO
LISBOA, 1669

Leña que ahoga la llama
para dar más fuerza al fuego
Conde de Salinas


Delicado preludio en el ámbito de las copa. La luna hoy ha unido dos insomnios. Miro tu cuerpo como un largo río, tu lenguaje elegante de agua, y tus manos me arrastran a tu infierno. Los labios preguntan cuanto más se enredan. Caen las pestañas como un latido esclavizado o como una lluvia jubilosa de glicinas. Descifro su desnudez a tientas como si fueran una incógnita. Más allá de la aliteración de tu pecho se encuentra la metáfora de tu boca. Tus dedos como una diáspora de mariposas, élitros como párpados, asma de colibrí herido, salitre o talco de sirenas, dos vientos unidos como dos alas, hidalguía simple del agua y una sed blanca sin voces ni mapas. Mi boca bebe ávida un aroma de azucenas, un breve escalofrío, un ligero temblor como la muerte oblicua de las rosas. El tiempo se vuelve líquido y chorrea entre las sábanas. La saliva se petrifica en forma de palabras como furia de estambre y pistilos o como fuego de ánforas. Bendito sea tu cuerpo, jazmín joven, júbilo de vida, porque contiene todos los pecados con los que he soñado. Bendito sea tu nombre, aunque sea un enjambre de violines y violetas. Hay un pacto de silencio entre nuestras miradas. Las ventanas abren sus brazos al nuevo día. Despertamos.

DINASTIA DE PRINCIPES Y POETAS


Poema pertenenciente al libro Biblioteca del Príncipe di Sangro,
publicado en el libro Los seis dedos de una mano,
editado en Corona del Sur, Málaga 2018


DINASTÍA DE PRÍNCIPES Y POETAS,
COMPENDIO BREVE DE ÚLTIMOS SOÑADORES,
A IMITACION DE FAETÓN E ICARO,
ESCRITO POR SU EXCELENCIA DON FILIBERTO FERNÁNDEZ.
PALERMO, 1654


La vida y la técnica avanzan cada día más deprisa, nuestro desfase se acelera; la diferencia entre nosotros y la actualidad se ahonda. Vivimos encerrados en una burbuja, en un mundo inventado, temo que algún día el monstruo de la realidad se apodere de nosotros y nos destruya de un zarpazo.
Duquesa de Fernadina


Desde su soledad aristocrática, el poeta contempla el mar como una pizarra verdinegra donde las olas escriben con tiza; tiene la paciencia de los topos y ha aprendido del musgo y de la niebla. Su poesía es un faro para cazar ángeles extraviados. Toda isla tiene alma de pájaro, y todo pájaro tiene alma de poeta. El viento de la vida despeina la perfección de las rosas. El vuelo de las palabras tizna las manos de mariposas muertas. Pero su abreviatura nerviosa es patrimonio de todos. La poesía es mucho más que una constelación de puntos y comas; es la voz de jacinto de un muchacho y es también el chorro desesperado que lanzan las ballenas suicidas en la playa. El buen poeta se defiende con unas cuantas palabras y en unas cuantas sílabas. Un poema de amor sin artificios, como un corazón, y dos iniciales grabadas en la corteza de un álamo. Pero, cuidado, porque hay palabras que elevan catedrales; unas suben como el humo y otras caen como balas de lluvia. Algunas son soberbias como obeliscos y otras, fuertes como torres. Las no pronunciadas provocan caries en la boca.

Por esa misma razón, es necesario doblar cada uno de sus pliegues imposibles, jugar una y mil veces con la papiroflexia del poema, como el viejo mago que saca sus palomas ante los ojos de los niños. Escribir sobre tópicos en el perímetro de las cosas sabidas, por miedo al vértigo; por ejemplo, Venecia es una perla caída en el lodo; o, por el contrario, buscar el camino con brújulas de oro y astrolabios de plata. Hoy en día los himnos están repletos de ripios patrióticos y las elegías, de lágrimas plastificadas. Cada vez que consulto un diccionario, se suicida un pájaro en las ramas de un verso. Cada vez que escribo una palabra, se silencia un grito derramado. Solo quien ama las palabras, quien verdaderamente tiene erecciones en la lengua puede reproducir sus sueños. Es inútil almidonar las nubes o alargar con rosas los ocasos. Reivindico el derecho a la herejía en estos tiempos de tedio y hastío. Un verso más afilado que un pez espada y una pluma más ligera que la de un ángel. Un verso envenenado por una sobredosis de metáforas, o, si lo prefieres, un breve haiku como la firma del arco iris en el país de los besos secretos.
























ARTE DE CAZAR UNICORNIOS




Poema pertenenciente al libro Biblioteca del Príncipe di Sangro,
publicado en el libro Los seis dedos de una mano,
editado en Corona del Sur, Málaga 2018



ARTE DE CAZAR UNICORNIOS
O DE CÓMO CONSERVAR Y CULTIVAR LA INOCENCIA,
ATRIBUIDO AL ABAD ANTONIO DE ALCÁNTARA.
LYON, 1663


No leer / no sufrir, no escribir, no pagar cuentas
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.
Cónsul de Sodoma



Cuando yo fui joven y amé borracho (simbiosis del beso en una misma boca)… cuando la noche era un carnaval perpetuo de pieles y plumas prohibidas (símil quizá o simulacro)…La ceniza añora siempre el incendio. El recuerdo se agranda como un remordimiento, pero su eco es una flor que se deshoja. La melancolía imanta ayeres, sus alas despliegan altas aleluyas. La magnolia sueña con ser casta paloma, y la lágrima dialoga entre el fuego y el agua. Augurio o presagio, albricias de voz y de alcándara. El tiempo es cancerbero y a la vez carcelero del verso. La escritura es caudal pero también cauce.
Vivir entre interjecciones. Viajar tan lejos de los dioses que la nostalgia impregne el poema. Vencer el plomo de las balas y el bronce de las campanas sin ningún miedo. Escribir hasta que crujan los dedos y se dobleguen las rodillas, enamorado del bello gesto de los lirios cuando resbalan por la mejilla. Buscar el clavel quizá más puro cuando la tarde declina y con ella muere el susurro de una flauta lejana. Cada hombre sopla sobre el mismo azogue labrado, pero su aliento lo empaña de forma diferente. Mi voz se pierde en la memoria de los puentes oxidados, pero se encuentra en el atlas de las constelaciones.
El invierno acuña las monedas desgastadas de la vida mientras tú eliges un epitafio de ruina o muerte. Renglones como senderos de hormigas, rimas como música de cigarras, silencio como preámbulo de la ausencia, un poema plácido como una siesta de pastores y corderos, tranquilo como un estanque de peces perezosos ¿Cambiar? Cuando lo hagan las montañas o cuando los náufragos caminen sobre las aguas. La rosa embalsamada en un códice antiguo es mucho más fragante que la recién cortada. Hay poetas que se miran en el espejo, y otros que miran qué hay detrás de ellos. Hay corsarios de ideas ajenas y cortesanos fieles a la metáfora. Pero todos dejan heridas de muerte las palabras y marcados como naipes los sueños. El verso es la suave melancolía de la huella, la espiga de trigo de triunfo o esperanza. Pronto la noche se cerrará como un grueso grimorio y el alma se quedará en prenda entre sus páginas.







DE LOS VEINTICUATRO PECADOS


Poema pertenenciente al libro Biblioteca del Príncipe di Sangro,
publicado en el libro Los seis dedos de una mano,
editado en Corona del Sur, Málaga 2018



DE LOS VEINTICUATRO PECADOS DE LA LENGUA,
CÓMO SE DISTINGUEN
Y DE LA GRAVEDAD DE CADA UNO DE ELLOS,
POR FRAY LUIS DE TORRES
BURGOS, 1589



La palabra es mitad de quien la pronuncia,
mitad de quien la escucha.
Barón de Montesquieu



 

Sobre la murmuración de la muchedumbre:

Poco me importa lo que digan si cruzo sobre zancos los charcos del poema, porque el manierismo consiste en enrollar los secretos como si fueran pergamino; encender cada noche el sueño de los volcanes; cantar la belleza definitivamente exiliada o auxiliarse, en su defecto, en la palabra”

 

Sobre la infame blasfemia:

“Cultivemos bellos recuerdos en el invernadero de la memoria para que florezcan como exquisitas orquídeas; enterremos a viejos héroes, santos y reyes en ataúdes de plomo para olvidarlos más fácilmente”

 

Sobre los juramentos en vano:

“Lo juro por toda esta dulce indulgencia que persiste perezosamente como una hoja perenne. Lo juro mil veces por este poema, silencioso como un ángel disecado en una noche envuelta en terciopelo y topacios silenciosos, y apenas unas gotas de perfume gótico de violetas. Lo juro.”

 

Sobre la discordia entre iguales:

“Oír el viento, escuchar la brisa, mientras el ciprés escribe sobre el cielo tu nombre. Amarse con puentes o catapultas; derrumbar la muralla de cristal de tu silencio. Convertirse en ala mucho antes de ser pluma; callar acaso como ánfora de náufrago.

 

Sobre la dulce hipocresía:

“Admirar en el aire el oro de las colmenas. Burlar las barbas del viento, y, sobre todo, aquellas empolvadas con el polen de la sabiduría. Beber en el cáliz del recuerdo el vino de la melancolía. Encender un cirio para no olvidarte; adorar dioses derribados; soñar, quizá para abrir la puerta a los oráculos”

Sobre el arte de la mentira:

“Gira la peonza del recuerdo, siempre sobre sí misma, en círculos venenosos. Soy una sucesión de soledades gongorinas, porque miento en cada tecla, porque engendro máscaras con mi propia lengua. ¿relámpago o piel de ángel?

 

Sobre la vil deshonra:

“Sacerdotes del soneto, republicanos del romance, aristócratas de la sextina, vosotros que habéis sepultado la poesía por una túnica con jeroglíficos y pájaros, vosotros que abristeis la flor como un antifonario para después cerrarla para siempre como un incunable”

 

Sobre la jactancia de los necios

“El filósofo regaló el orgulloso perfume de las flores sobre la tumba de sus enemigos. Apóstata de la poesía dedicó sus últimos años en elegir su propio epitafio con halitosis de palabras soeces y, al mismo tiempo, evitó cualquier tipo de elegía”

 

Sobre la maldición de jívaros y zíngaros:

“Dos polillas borrarán vuestros ojos después de muertos. El mar oxidará coronas de corales… Los ríos secos se convertirán en osarios de tristezas y gritos de silencio. La eternidad maldecirá vuestro raza en mármoles rotos”

 

9.9.16

Arqueología de la belleza


.
La langue est une peau  Je frotte mon langage contre l'autre.
Ma langue tremble de désir.
Roland Barthes



Sería demasiado precipitado y pretencioso buscar una evolución radical en menos de cinco años en un creador tan polifacético como J. Ricart: crítico, editor, poeta discursivo, docente y al mismo tiempo un consumado coleccionista. A primera instancia esta Antilogía Poética parece un apéndice de su anterior plaquette. Sin embargo, las apariencias a menudo engañan.

A pesar de que el cuerpo masculino sigue constituyendo su materia prima favorita en esta entrega su presencia se reduce en casi la mitad, dejando espacio al ámbito de la crítica social y la metapoesía. Por otra parte, convendría recordar para tranquilizar a los pacatos (que solo ven “efebos divinos y hojas de acanto”) que la belleza que sus modelos irradian es de una perfección casi marmórea. Se trata de objetos de deseo, pero nunca son lascivos. Es más, muchas imágenes son asexuadas (no es casual la abundancia de ángeles o incluso de un Sireno)

En la misma línea de otros trabajos, el autor rechaza la composición digital basada en filtros, capas y texturas a golpe de clic, y defiende el collage tradicional de cola y tijera por su carácter manual y por el aura de obra única. Para este propósito, selecciona uno a uno los recortes y cuida con esmero los fondos igual que si se tratara de un lienzo. No obstante, en esta muestra podemos advertir algunas novedades como el formato cuadrado (que ayuda a centrar y equilibra mejor la figura), los nuevos materiales (facturas, grabados, mapas, documentos notariales, etc) o algunas técnicas del scrapbooking.


Heredero ilegítimo de la postmodernidad, Ricart desconfía del poder trascendente o t(r)aumatúrgico del arte. Más que mago es un prestidigitador, y con los años se ha convertido en un excelente ilusionista de la imagen y de la palabra que por unos momentos nos invita a soñar. Ya sentenció Eco “I poeti hanno il dovere di inventare belle bugie” De esta manera sus collages no parecen una yuxtaposición de piezas heterogéneas, sino todo lo contrario. Cuando los contemplamos tenemos la sensación de unidad y armonía: todos sus elementos encajan unos con otros sin necesidad de nexos, hasta el extremo de borrar los pliegues que los delatan (Eterno retorno)

Si su poesía discursiva cada vez más se fundamenta en la imagen (bastaría leer su último libro Ex voto) de forma inversamente proporcional su poesía visual se aproxima más a la composición pictórica o  a la ilustración. Y es en este aspecto donde se pueden apreciar ciertas influencias, por ejemplo, de Pacauld, Lazanby, pero sobre todo del brasileño Eduardo Recife. Pese a esta regla general, podemos encontrar excepciones en forma de metáforas visuales puras (A de ángel, Primula Veneris, Tradición). En esta serie de collages el poeta utilizará algunos recursos retóricos como el reciclaje de óleos y esculturas (Dalí, Miguel Ángel); las continuas referencias a la cultura del Setecientos (iconografía religiosa, jeroglíficos, emblemas); la plasmación de tópicos literarios (Vanitas, Arcadia, Ab ovo) o la peculiar interrelación entre título y obra: unas veces literal (Crown Diamonds), otras literaria (Haiku), otras crítica (Fe de vida) o más críptica (La flauta de Pan).

 J. Ricart es un incansable buscador de la belleza. Es un arqueólogo que rebusca entre la hojarasca de viejos papeles y legajos; (tal como apuntamos al principio es un apasionado bibliófilo y anticuario). Pero, también es un arquitecto capaz de alzar sólidas construcciones a partir de ruinas y recortes. Allí donde el resto solo ve desperdicios que nadie quiere, él encuentra una mina con infinitas posibilidades. La diferencia estriba en el punto de mira y en los insondables límites de la lógica. La creación es, pues, para nuestro autor un pasatiempo alejandrino, un lujo más que necesario. En el sentido deleuziano, es un privilegiado que trabaja por gusto, más allá de tendencias o de intereses crematísticos. En pocas palabras, Ricart es un aristócrata por sangre y por la elegancia, un espíritu libre, un artista autodidacta con un estilo inconfundible. Como ya bien señaló Agustín Calvo “comienza su trabajo, su creación, y su búsqueda de la belleza y la verdad, transformando su experiencia vital, su mirada, en poesía



Francesco Monteleone
Università Federico II
Napoli, abril 2016




10.6.16

TARDE EN LOS JARDINES DE IBN RIZQ



Poema perteneciente al “Cuaderno de cuartetos” inédito, publicado en el libro  XII Cuaderno de profesores poetas
Segovia 2016



El cielo es una luz desvanecida
que queda aprisionada tras los párpados;
fulge tan limpia que apenas desea
recordar que el aire antes, fue rosa.

La brisa arrastra cansada su cola
por el jardín. Agita cascabeles
y libera de un soplo, hecho de música,
el perfume que duerme en tus mejillas.

 La pereza descansa entre la hierba
bajo el peso continuo de las nubes.
La tarde cierra sus ojos de ámbar y
deja en el río la ropa del sueño.

Muy lejos, muy lejos, a la distancia
de una paloma, se escucha a un poeta.
Su voz se alza como cáliz de sangre,
colmando el aire de quejas y halagos.









17.1.16

LA FACTORIA BARROCA CIERRA SUS PUERTAS



La Factoría Barroca cierra sus puertas
Por Mariana Ortiz

(Entrevista  publicada en el periódico “Levante”   18- XII- 2015)

En las inmenso ciberespacio donde todo está al alcance de un simple click, todavía existen personas que se resisten a abandonar la materialidad de las obras de arte que confían en pequeños formatos y al envío a través del correo postal para dar a conocer sus trabajos. Algunos lo denominan mail-art, otros, poesía visual. Una prueba de ello es la carpeta La Factoría Barroca dirigida por el valenciano J. Ricart.


Para empezar, una simple curiosidad ¿cómo un profesor de literatura acaba dirigiendo una carpeta de arte moderno? - A la mayoría de la gente le suele extrañar que un hombre de letras termine en bellas artes. No creo que una licenciatura o una profesión te acredite para una determinada tarea. Como bien sabrá aparte de la docencia y de la crítica también escribo poemas. En el año 96 me inicié de la mano de Raúl Gálvez en el mundo de la poesía visual y de ahí a la experimentación, al collage, al libro- objeto y demás.

¿De dónde le vino la idea de organizar esta revista ensamblada? ¿Se dice así, no?
 -En efecto, veo que se ha documentado.  Los 90 fueron quizá la década dorada de este tipo de compilaciones. Después del éxito de internet como vehículo de difusión y la crisis económica estas revistas prácticamente desaparecieron. Como siempre, yo llego tarde a todo. Pero aún logré participar los últimos números de Píntalo de verde, El Paraíso o Set Formes. De ahí me vino la posibilidad de reactivar este tipo de intercambios, un poco a modo de resistencia frente a las modas.

¿Cómo se le ocurrió ese título? – Todo el mundo sabe  mi fascinación por lo barroco. Para mí esta palabra significa rebeldía y provocación. Por eso, desde el primer momento supe la mitad del título. Después de pensar mucho, me dejé cautivar por algunos libros de la Generación del 27 tipo Manual de espumas o Perito en lunas que asociaban términos muy distantes conceptualmente hablando y voile!


Hojeando ejemplares anteriores no solo se puede contemplar arte sino también mucha artesanía en la presentación de las carpetas. ¿Podría profundizar en este aspecto? - Uno de los objetivos de LFB fue realizar una pequeña  muestra colectiva de reducida tirada que sirviera de intercambio no venal entre sus creadores. De ahí que siempre se exigiera obra original, firmada y numerada, donde la fotocopia habitual quedaba totalmente excluida. Después se cuidó el exterior tal como hoy lo conocemos: Cada número es único e irrepetible. Los materiales y cartulinas son diferentes, aunque el formato y la presentación ligada con cordel se han mantenido. Solo rompimos esa regla con una edición especial con obras tridimensionales.

A través de estas veinte entregas supongo que habrán participado muchos artistas- ¿podría destacar alguno? - Exactamente han participado     artistas. Sin ánimo de ofender a nadie, señalaría algunos nombres, como el de Antonio Gómez por su impecable factura,  el alemán Jörg Seifert y el italiano Water Pennachi por sus generosas contribuciones, Agustín Calvo y Miguel Jiménez  por nuestras comunes afinidades,  y con un cariño especial la de mi ex, y la de mi sobrina con cuatro añitos.


Señor Ricart ¿Ha sentido la tentación de censurar alguna obra?  -  Ganas no me han faltado. Bromas aparte, tanto si me gusta como si no, se trata de un espacio  libre donde no hay ni selección ni censura, siempre que se ajusten al formato, la presentación o a los plazos de envío. En ese sentido, sí que me he visto obligado a intervenir en algunos casos que no se atenían a estas bases.

¿Por qué este es el último número? - Desde un principio me propuse como límite veinte números, es decir, cinco años. Y parece mentira cómo pasa el tiempo. Hace medio año fui avisando a los colaboradores de que me iba a retirar y muchos se extrañaron de la decisión, incluso otros me animaron a seguir adelante. Pero todo lo que tiene un principio debe tener un final. Además, más vale una retirada a tiempo, que no una estrepitosa derrota.

Se le nota un poco cansado. Corríjame si me equivoco  - A pesar de que la periodicidad es de cuatro números anuales, resulta a veces agotador y a veces estresante pensar en qué material será la próxima, en buscar la participación de nuevos artistas, en preparar los envíos, en llevarlos a correos etc. Por otra parte, también me molesta bastante la desidia, el divismo, y ciertas actitudes “seudo-dadaistas” trasnochadas.

¿A qué se refiere con eso? - Al hecho de que como es un proyecto sin cortapisas algunos aprovechan el principio de “todo es lícito” y firman cualquier mamarrachada que a cualquiera abochornaría con el único fin de figurar. Es muy respetable que algunos no compartan estas iniciativas, pero lo más coherente, por no decir honesto, sería negarse a colaborar en ellas. Resulta un agravio comparativo, y al mismo tiempo desconsiderado, para con la mayoría de participantes que trabajan un concepto, exploran recursos y consiguen plasmarlo a su manera.

Sin embargo y a pesar de todos los peros, ¿podría afirmar que se siente al menos satisfecho?  - Indudablemente.  Cada entrega supone un nuevo reto. Buscar materiales en almacenes y papelerías, solicitar colaboraciones, abrir el buzón cada semana y encontrarte un sobre especial entre  facturas y propaganda. Pero, sobre todo, lo mejor de todo es la posibilidad que te ofrece de contactar con personas con las que compartes inquietudes creativas de cualquier índole,  aunque se encuentren a cientos de kilómetros.


Para ir finalizando la entrevista ¿Cree que en un futuro LFB pueda volver a abrir sus puertas? – Este año sabático creo que me sentará muy bien, aunque parezca mentira se trata de una tarea absorbente. Además estoy ultimando mi último libro La Biblioteca Secreta del Príncipe di Sangro y necesito concentrarme en exclusiva al menos durante un tiempo. Intentando contestar a su pregunta. No soy partidario de las declaraciones categóricas. Quizá. Tal vez. Qui lo sa?